miércoles, 30 de enero de 2008

Amigas

Veo veo
Qué ves?
No la ves?
es la vida que pasa
mira lo fugaz que es
mira lo hermosa que se ha vuelto
y observa con cuidado
porque no está sola
pierde cuidado, es su compañera
ahora ya las ves?
ella va de blanco y su amiga viste en negro
no, no le tengas miedo a ninguna…
acaso no quisieras conocerlas?
te repito, no les temas… ambas son muy buenas
anda vamos…
dame la mano
vamos a alcanzarlas antes de que…
Si, antes de que sea tarde

De Paseo

Camino por mi senda
aunque a veces miro atrás
sé que hago mal…
Camino mientras crezco
rara vez sin tambalear
y crezco mientras camino
por eso no voy a parar de andar
Camino mi camino
que a veces es tan mio
y otras veces compartimos
Diría que voy solo, pero sería una mentira
Diría que no importa caminar sin compañía
pero te engañaría
te pediría que me acompañes
pero eso es demasiado
Prefiero confiar en mi camino
y en el tuyo, y en el tuyo, y en el tuyo…
y asi seguir caminando
y que algún día, no sé cuando y sin pensarlo
caminemos de la mano

A Mi Hogar

Que el Gymnasium es vivir…
ya lo sé
Que es sentir y compartir…
lo aprendo a diario
Sensaciones q no olvidaré…
no podría, sería ignorar de donde vengo
Los momentos lindos que viví…
a esos los tengo guardados en cajitas especiales
Que ocho años se pasan rápido…
ya me di cuenta
Que dejar nuestro hogar es complicado…
ya lo siento
Que esto fue algo bueno en mi vida…
Jamás lo dudé

Rio y Mar

A veces me siento grande como el mar
A veces un corto tiempo del rio q va
Soy un horizonte que te dan las tormentas
Y a veces soy un sauce que pide al viento dejar de llorar
Rio y Mar… tal para cual
A veces soy un milagro que empieza
A veces una esperanza que pasó
Soy una puerta del alba que se cierra
Y a veces soy un caminante que te ruega por entrar
Rio y Mar…Tal para cual
A veces soy el altar de la luna
A veces arena pobre con sombra
A veces soy un fantasma salvaje que no vuelve
Y a veces soy una pájaro que por vos quiere regresar
Rio y Mar… tal para cual
Rio y Mar…

martes, 15 de enero de 2008

SACRIFICIOS

Por aquellos tiempos aun era evidente cuando el sol salía. Las paredes centellaban y hasta los mismos dioses debían cerrar los ojos para no quedarse ciegos por el resplandor. Desde hacia varias dinastías atrás que la ciudad se vestía de gala y no había ningún viajero que no quedase asombrado al ver la urbe. Desde la sima podía verse con claridad la quebrada del rió, única vía de acceso a los templos y el palacio.
Los primeros rayos luminosos entraron por la pequeña ventana labrada en la piedra fueron a chocar contra la cara de Yanasu, el día tan ansiado había llegado al fin.
El vendaval no daba permitía que nada quedase en pie, todo, hasta los viejos muros parecían doblegarse ante la intensidad del viento. La vieja ciudad parecía haberse dormido para siempre, desde hacia siglos que no se escuchaban los sagrados cantos, pero en su lugar abundaban los turistas con sus cámaras. El viento comenzó a menguar con las primeras luces del alba, pero Carlos no había logrado pegar un ojo durante toda la noche. El débil quiosquillo de chapa apenas había podido soportar el temporal y ahora apuntaba con sus vértices hacia el poniente, era hora de levantar persianas, en cualquier momento llegarían los primeros paseantes.
El altar estaba adornado con flores de la zona y rojas guirnaldas que colgaban de manera amenazadora. El ambiente estaba perfumado por un fuerte mar de cacao que envolvía todo .Yanasu marcho lentamente al son de los tambores con un grupo de jóvenes de su misma edad hasta el santísimo altar, en la punta de la colina mas alta de la ciudad. Los miedos se arremolinaban en sus entrañas, un nuevo comienzo no vendría nada mal, pero ¿seria peor? .Todo tiempo pasado fue mejor, dicen algunos, pero para Yanasu el presente era algo etéreo y el futuro no existía, una nueva vida sin tantas confusiones no podría ser peor que la tortuosa realidad de ser un elegido por los dioses.
Los colectivos llegaron al lugar como todas las mañanas, se los podía oír rugiendo a través de la montaña mucho antes de verlos como largas serpientes desplazándose entre los sinuosos caminos andinos. El puesto de Carlos era el ultimo de una larga hilera de débiles estructuras de metal que se sometían al duro clima de los Andes, solo para permitirle a sus inquilinos llevar el pan a la mesa. La panza gruñe cuando se es el último de la fila, por que nunca nadie llega hasta el final, son pocos aquellos valientes que llegan hasta las últimas consecuencias, y aquellos que andan de turistas por la vida nunca lo hacen. El hambre lo hace a uno desvariar, Carlos tomo la vieja cámara de su padre, esperando que alguna foto de las ruinas de la ciudad podría satisfacer su apatito, o al menos calmar el dolor. Con la polaroid instantánea a cuestas trepo a duras penas hasta la sima de la antigua montaña sagrada.
Llego hasta el altar, y allí un festín les esperaba. Comieron hasta que su hambre fue solo un vago recuerdo. Luego bebieron el propio zumo de los dioses, para poder observar el mundo astral antes de emprender un viaje hacia él. El mundo ultraterrenal no tenía diferencias evidentes con el que Yanasu veía a su alrededor, solo parecía mas antiguo. Cuando el efecto del elixir santo paso lo único que podía recordar era a un joven como el con ropas extrañas mirándolo, y apuntándolo con un extraño artefacto mágico.
Llego a la sima del lugar sagrado, por primera vez veía la ciudad desde allí. Tomo un par de fotografías cuando noto que el sol estaba apunto de desaparecer por el poniente. Decidió entonces hacer noche en una de las covachas de la montaña y descender con los primeros rayos del alba. El hambre le estrujaba por dentro, pero la sola idea del festín que podría darse al día siguiente con el dinero de las fotos le basto para contentarse.
Cuando la noche cayo por completo el frió se torno sumamente intenso. Carlos comenzó a buscar un refugio mas profundo en la montaña. Caminando sobre sus manos y pies por los pasajes cavernosos llego de repente a una especie de sala, donde la cueva se agrandaba de repente. En un rincón olvidado por el tiempo noto tres pequeños bultos que lo miraban, como si lo hubiesen esperado desde siempre. Las tres momias Incas permanecían con la misma expresión que su último día de vida. Rápidamente el joven tomo su cámara y centelló sobre los difuntos respetuosos flash de fotografías. Pasaron las horas, el royo se termino, pero re repente dejo de sentir frió, y observando la posición en la que se encontraban las momias opto por imitarlas y dormir hasta que el sol apareciese por el laberinto rocoso. Cerró los ojos, y fue como si en ese momento hubiese sido aceptado, pasando a formar parte de aquél escondrijo olvidado por el tiempo para siempre.

domingo, 13 de enero de 2008

EL ULTIMO ADIOS


La plataforma estaba allí, firme, aparentando ser resistente, inmune a todo los males que aquejaban el mundo a su alrededor. Sentimientos completamente opuestos agobiaban al joven muchacho.
Mientras cientos de balas eran disparadas, muertes aparecían por doquier, minas explotaba, barcos se hundían, familias se destrozaban, inocentes padecían las atrocidades del cyclon B, mujeres eran violadas, y otro sin fin de atrocidades que prefiero momentáneamente no recordar, aquel pequeño puerto parecía completamente impasible a su entorno.
El casco de la nave resonaba contra las olas, el frió dolía los huesos, pero ya no había excusas, no había tiempo para buscar otra salida, debía abordar aquel navío.
Giro sobre sus tobillos, y miro una vez mas a su madre que con cara de inconmensurable ternura le devolvió la mirada. Sus grandes ojos azules eran un intrincado laberinto de emociones que luchaban brincar en formas de grandes gotas, deslizarse por sus mejillas, y terminar en el enmohecido muelle de piedra. Valientemente contuvo las lágrimas y se fundió en un enérgico abrazo con su hijo el mayor.
Junto con sus siete hijos se encontraba papá, oculto detrás de su frondoso bigote negro, su rostro serio y autoritario se había desdibujado. Una leve sonrisa apareció entre sus coloradas mejillas y hasta pareció lucir nostálgico cuando lo abrazo con todas sus fuerzas.
Se despidió después de sus hermanos, uno por uno los abrazo, y susurro al oído consejos extrañísimos, que en ese momento no parecían significativos, pero esas palabras que aun resuenan en sus oídos, como profecías de una vieja hechicera que terminaron cumpliéndose.
Los dejo atrás, y aferrando su morral comenzó su marcha, su ultima marcha por aquella tierra. Cada paso que daba hacia la fuerte plataforma constituía el inicio del resto de su vida. Sus últimos segundos en aquel lugar, su hogar desde que tenia memoria, la única casa que había conocido, la única familia que había tenido. Pero ¿Seria a caso tan difícil volver a empezar?. Sobre ese barco de hallaban las llaves de muchas puertas que se le abrirían en el nuevo mundo, lejos de potencial dominio nazi, lejos de la dictadura de Franco, lejos de aquellas atrocidades que amenazaban con engullirse de un solo bocado la tierra que había conocido.
Avanzo el ultimo paso sobre las piedras del muelle, con un pie en la plataforma, y el otro aun en tierra miro una ves mas hacia atrás, para ver la gente que no sabría si volvería a ver, la gente que nunca vería crecer, la gente con la que no podría volver a compartir los mismos momentos, la gente que no seria la misma gente sin él, él que no seria el mismo sin ellos.
Con lagrimas como ríos abordo el barco con la vista hinchada por el llanto. El sonido de las amarras desatándose, el motor encendido a toda marcha y las gaviotas huyendo del lugar lo hicieron caer en cuenta de lo infantilmente esperaba, esto no era un sueño. No volvería a levantarse una vez mas en su mullida cama con diez años y todo un día para gastarlo jugando a lo que por su mente pasase. No. No podría volver atrás.
El vaivén de las olas mareaba, pero la sensación de tristeza era un mayor. Logro encontrar un lugar en la baranda que daba al muelle, que repleto de pañuelos blancos en lo alto parecía una bandada de poyuelos intentado despegar con sus pequeñas alas blancas. En el medio de la multitud, la familia sonreía con lagrimas.
Comenzó a moverse la pesada embarcación, nudo a nudo la costa fue haciéndose cada vez mas pequeña. Él permaneció apoyado sobre la baranda, viendo por aquella ultima vez las paredes de ladrillo rojo, los techos inclinados, la nieve amontonándose sobre las canaletas, su mundo, el mundo que había conocido se perdía cada vez mas en el horizonte, hasta que se convirtió en un solo recuerdo en su memoria, peligrando de caer en las garras del olvido.

viernes, 11 de enero de 2008

Paraíso de Lágrimas

Espero que les gusté ... :)


Paraíso de Lágrimas


Hubo un tiempo en donde el cielo realmente era azul.
Hubo un tiempo en donde sentía que faltaba algo por hacer..
Ahora éso está perdido en la oscuridad..
Y no sé, realmente, si quiere volver..

Hace algún tiempo, un día encontré..
Una historia distinta..no por menos real.
Eran los días que ansíaba vivir
Pero que sabía, que nunca iban a llegar...

Ahora, la soledad crece..
El Corazón sufre
Esta fría realidad..
Ahora no hay tiempo..
Sólo para cambiar.

Mirá estos lares..
¿Sabés que hay más allá?
Busca esos pensamientos,
Que en tu mente ya no estarán!

Corre detrás de un sueño
que no puedas alcanzar..
Día a día todos pensamos,
que alguna vez llegará.

Atrapado en esta mentira
Que quiere ser verdad..
Y Una herida abierta
Que no sangra, sólo está.

Hay mucho más detrás de esta sombra..
Mucho más, falta por descubrir...
Todavía no sabemos nada..
Ni siquiera..si lo que sabemos es verdad.

En algun momento, quise intentar escapar..
De este profundo sueño..
Que tu, "vida" decidiste llamar..

Si hay una razón, por la cual yo estoy aquí.
Es una leyenda que nunca sabrás..
Sólo imagina,
Que solo, que el sueño quizás sea real.

Contestame sin mentiras..
¿Es ésto lo que tanto querías?
Deja de pensar que todo va a cambiar..
Sin la acción, nada va a pasar!

Puedes ver más allá de éstas heridas?
Te lo recuerdo una vez más...
Algún día,
Ya no voy a estar.

Hubo un día, en el que desperté viendo la luna..
Y me di cuenta, de que todo era igual.
Hubo un día, en el que ví en tu mirada..
Que faltaba mucho por realizar.

Si ése día ocurrió,
Nunca lo sabré..
En este paraíso de lagrimas..
Nunca lo revelaré...

Y por más que intenten
Jamás , ellos nunca podrán
De Éste Paraíso
Quitar nuestra verdad

Hubo un tiempo en donde realmente el cielo era azul...
En éste paraíso de lágrimas, el cielo no tiene color..
Y la poca esperanza que me queda..
No la depositaré en vos.